Es común pensar que el tiempo en la universidad es para enfocarse en la obtención y perfeccionamiento de conocimientos, habilidades y destrezas relacionadas con la carrera elegida. ¿Y quién puede decir lo contrario? Sin embargo, las actividades culturales y deportivas también deben tener su espacio durante la formación académica.
Los estudiantes universitarios que han sido deportistas durante su niñez y adolescencia seguramente tengan un punto de vista positivo sobre la práctica de deportes y el ejercicio físico. ¿Te decimos por qué? Porque conocen de cerca los beneficios que derivan de estos.
Todos sabemos que el ejercicio físico mejora la calidad de vida desde varios puntos de vista, entre estos:
Ejercitarse regularmente ayuda a mejorar la condición cardiovascular, a mantener un peso saludable y a reducir los niveles de estrés, tres factores fundamentales cuando se habla de salud física.
La práctica deportiva sirve de entrenamiento para cualidades como la constancia, el espíritu de superación y la obtención de méritos mediante el esfuerzo.
Los deportes son una gran oportunidad para desarrollar la capacidad de desenvolverse en equipo, sobre todo los grupales, donde la sincronización de esfuerzos tras una meta común trae como resultado el éxito.
La disposición a trabajar con otras personas es altamente apreciada en las organizaciones de todo tipo, pues cada día se conocen más los beneficios del trabajo colaborativo.
Una de las características más destacables de los deportistas es el reconocimiento del otro. En este sentido, y aunque en el ámbito deportivo existen grandes rivalidades, éstas se toman como sana competencia, lo que se distingue claramente de la enemistad.
Ejemplo de ello se ve cuando al terminar una competencia los rivales se saludan respetuosamente porque reconocen el esfuerzo realizado por el otro, aunque uno esté exultante de la alegría que le da el triunfo y su contraparte sienta decepción.
Todos los atletas han pasado por derrotas deportivas y han tenido que superar el estado de ánimo negativo y aprender de sus errores, entrenar más y mejorar sus propias marcas. De eso se trata también la resiliencia o capacidad de sobreponerse a las condiciones adversas.
La resiliencia es una gran ventaja para la vida cotidiana y laboral, pues te permite reinventarte para avanzar en todas las situaciones, tomando lo positivo para seguir adelante y corregir el rumbo.
Como se sugirió antes, las actividades culturales y deportivas no sólo contribuirán con una mejor calidad de vida personal, sino también con el desarrollo de las llamadas “habilidades blandas” que complementan la formación académica para un excelente desempeño en el campo laboral.
¿Estás de acuerdo con que estos beneficios y valores deban ser incorporados a la vida de los estudiantes universitarios? Si es así, también lo estarás con incorporar actividades deportivas en la vida de los estudiantes.
Cultura es una palabra muy amplia que prácticamente involucra todo el quehacer de los seres humanos; no obstante, para efectos de este artículo, nos referiremos a ésta en función de la creación y expresión artísticas.
Los estudiantes universitarios pueden fortalecer su formación integral, no solo actividades culturales y deportivas, si no también mediante la participación en actividades artísticas desde distintos ángulos. Y todos estos darán más fuerza a sus potencialidades.
Por una parte, está la participación directa. Acciones como pintar un retrato, tocar un instrumento musical, actuar en una obra teatral, dirigir un cortometraje animado, participar en un performance y un sinfín de alternativas dan a jóvenes y adultos la posibilidad de expresarse y desarrollar su personalidad.
Todo esto apoya el desarrollo personal y social de los estudiantes, pero también afianza habilidades y destrezas que les serán útiles en el campo laboral.
Así, involucrarse en el trabajo artístico estimula las capacidades creativas, lo que entrena el cerebro en la búsqueda de soluciones a problemas de toda índole. No en vano han definido la creatividad como “la capacidad de solucionar problemas”.
Además, la expresión artística canaliza las emociones y enseña a controlarlas. Esto es útil prácticamente en todos los escenarios de la vida. Por ejemplo, cuando te preparas para actuar ante un público, también lo estás haciendo para desenvolverte en salas de reuniones, exposiciones, ponencias, atención a clientes y demás retos que tendrás que afrontar en el mundo laboral.
El deporte y el arte no tienen sólo un lado, también es posible aproximarse a estos desde afuera, como espectadores.
Que los estudiantes se acerquen a los espectáculos deportivos y artísticos es muy útil para ampliar sus horizontes, adquirir más conocimientos, desarrollar una visión crítica ante distintas realidades y, más importante, sirve para disfrutar de la vida.
Así como lo lees: cuando acudes a un festival tailandés, no sólo pasas un momento entretenido con tus amigos escuchando ritmos del pong land y degustando un plato de pad thai, también estás siendo parte de un intercambio cultural que te está educando acerca de las maneras de ser y sentir comunes en otras latitudes. Es decir, estás ampliando tus horizontes.
Otra manera de ver la importancia de las actividades culturales y deportivas para los estudiantes es su potencial como movilizador económico.
Si bien es cierto que tales actividades culturales y deportivas cumplen todo lo que promete este artículo, no dejes de lado su importancia como factores que pueden movilizar la economía y pueden incluso inspirarte para forjar tu propio futuro como emprendedor.
El turismo, los medios de comunicación, los servicios de alimentación, el transporte de pasajeros y muchos otros productos y servicios toman impulso a partir de la movilización deportiva y cultural.
Y es que para jugar se necesitan muchas pelotas, para tocar hacen falta muchos instrumentos, así que todo lo bueno del deporte y el arte también genera cosas buenas, como empleo y riqueza.
Las actividades culturales y deportivas son esenciales para el desarrollo integral de los estudiantes. Les permiten expresarse, socializar, aprender y divertirse. Además, contribuyen a mejorar su salud física y mental, su autoestima y su rendimiento académico.
¿Te interesa saber más sobre los beneficios de estas actividades culturales y deportivas? ¡No te pierdas nuestro próximo artículo! Y si quieres recibir más información y consejos sobre educación, ¡suscríbete a nuestro newsletter!