Por fin se ha terminado el ciclo de la preparatoria, y ahora es momento de pensar en el curso que tomará nuestro camino. Si bien, saber qué carrera estudiar no es sencillo, el elegir una institución en la que pasaremos 4 años de nuestra vida, o a veces más, estudiando, tampoco es fácil. Generalmente, las primeras instituciones en las que pensamos son escuelas públicas, y las privadas se quedan como segunda opción, ya que la cuestión monetaria no nos satisface demasiado.
Sin embargo, estudiar en una universidad privada tiene más beneficios de los que podemos imaginar. Aunque, tal vez pensemos: “son muy caras” “no son reconocidas” “la educación no es de nivel competitivo”, “no hay apoyo económico”, etcétera. Pero, si no conocemos más a fondo lo que una universidad privada nos puede brindar, es decir, todos los beneficios y ventajas que tendremos, es normal que pensemos todo lo anterior.
Actualmente, la universidad privada logra posicionarse en el ranking de las mejores universidades de México, ya que a lo largo de los años su nivel educativo ha incrementado. Además, la infraestructura que presentan es de una calidad más óptima, pues como los recursos económicos son más altos, se ven reflejados en las instalaciones. Así que, la biblioteca, que será como nuestra segunda habitación, porque ahí pasaremos demasiado tiempo estudiando para los exámenes, contará con equipos de mayor calidad, serán vanguardistas, y el material no será escaso.
Por otro lado, el requisito de admisión en las escuelas privadas no es tan minucioso; los grupos en las clases son más reducidos, por lo que se tendrá una mayor atención a los alumnos y la educación será más personalizada. Asimismo, también muchas escuelas privadas cuentan con apoyo económico para seguir apoyando el desempeño académico de los estudiantes.
También, cuando salimos de la universidad pública creemos que encontraremos trabajo instantáneamente, que nuestro título nos ayudará a posicionarnos en el empleo de nuestros sueños. Pero, la triste realidad es que no, pues afuera hay miles que piensan lo mismo que nosotros. Sin embargo, la universidad privada, la mayoría de ellas tienen convenios con empresas para que sus estudiantes realicen las prácticas profesionales ahí, y consecuentemente se posicionen en la empresa, consiguiendo un empleo.
Así que, estudiar en una universidad privada tiene más ventajas de las que te imaginas. Otra de ellas es que, si quieres estudiar y trabajar, algunas instituciones tienen planes de estudios con horarios flexibles o licenciaturas en línea, intercambios académicos, apoyo económico. Ahora que ya conoces alguna de las ventajas que ofrecen estas escuelas, date la oportunidad de investigar y elegir la que más se adecue a tus necesidades.